El próximo 21 de marzo es el Día contra el Racismo. Debido a la actual situación de confinamiento, no podemos salir a las calles a visibilizar y denunciarlo, pero no nos vamos a quedar calladas. Las situaciones de crisis ponen de manifiesto más aún las violencias y discriminaciones estructurales y las fracturas del sistema y llevan asociadas recortes de derechos y libertades. Las medidas adoptadas contra el coronavirus no hablan de qué va a ocurrir a las personas privadas de libertad en los CIEs, centros de menores, prisiones o en los campos de refugiadas, así como a las personas en tránsito o sin hogar. Todas estas personas están atravesadas por la Ley de Extranjería que les empuja hacia los márgenes. Hablamos desde estos márgenes, que  nos categorizan por nuestro origen, racialización o condición socioeconómica, el mismo sistema que al entrar en crisis nos golpea con más fuerza.
Por eso, os proponemos que el próximo 21 de marzo a las 12 horas salgamos con cazuelas a nuestras ventanas y balcones y hagamos ruido para recordar y recordarnos alto y claro que todxs tenemos derecho a elegir dónde y cómo queremos vivir, a ser libres y diversas.

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